lunes, 7 de junio de 2010

¿Con que tarjeta de crédito compro una víbora?

Cuan verdaderamente puede ser violentados los derechos ciudadanos, en un país donde quien menos uno se lo imagina, a quien se le ha dado el voto de confianza y el punto de rating, nos han confundido con fichas de ajedrez, queriendo mover, manipular a las masas según sus pensamientos, ideas, rencillas y rencores, abusando de su poder, de su buen verbo, del espacio público que utilizan ya no para informar, si no para sacarse los ojos los unos a los otros, volviendo al país un circo, como aquellos en la época del Imperio Romano, los ecuatorianos al parecer estamos a merced del loco Nerón y su caballo, que esta vez, ya no le es tan fiel a su amo y que no esta en el cenado, pero conduce un programa de televisión.

¿Quienes son los responsables de este atropello, de este cáncer de lucha de poder cuyo agraviado mortal es únicamente, el televidente, el lector, el ciudadano?
Tras la cadena presidencial transmitida el 28 de Diciembre del 2009, donde como ya es acostumbrado el presidente se refirió a los medios y los periodistas con términos soeces, a propósito de la polémica “Ley Mordaza”.

Fernando Alvarado, ex Secretario de Comunicación, pidió una entrevista en Teleamazonas, con Jorge Ortiz para aclarar puntos críticos sobre la ley, y evidentemente para defender su posición como miembro del gabinete del gobierno de la Revolución Ciudadana, sin embargo este espacio público se convirtió en un acto casi como el box, la diferencia eran los golpes bajos de Ortiz hacia Alvarado y viceversa.

Los grandes Boxeadores son enormes, de fuertes músculos y afilados dientes, por lo general son ellos los temidos y los que protagonizan grandes y polémicas contiendas que aunque no siempre las ganan dejan a su contrincante duramente golpeado.

En este caso Ortiz, de unos ya aproximadamente 60, no centímetros si no años, no muy musculoso que se diga pero eso si con la lengua bien afilada, se lanzó a Alvarado, y en puño de acusaciones, con pales en mano lo llevó a una esquina del rin donde lo arrinconó, como el ejercito de los Aliados al ejercito de Hitler coartando cualquier tipo de defensa eficaz.
Ortiz lanza puños y Alvarado, inútil, ni siquiera logra sostenerse, hasta que finalmente lanza un gancho al Hígado. “Si quiere saco mi Dinners Club para que me trate como a Fabricio Correa”.
Esto nockea por unos instantes al pequeño grande de la lengua, lengua que envuelve como anaconda del amazonas a toda bestia que logra olfatear con su bípeda lengua.
Y los televidentes tenemos que soportar esta falta de ética, de profesionalismo y de respeto al público.
Les invito a cambiar de canal, y si se trata de cadena nacional, les propongo apaguemos nuestras radios y televisores, que ya no estamos en época del circo romano ni vivimos en una jungla, vivimos en democracia, no son ellos los que tiene el poder, somos nosotros los que se lo otorgamos, somos nosotros los que decidimos.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores