lunes, 7 de junio de 2010

Midiendo la cintura de un sueño



“Hace muchos años había un Emperador tan aficionado a los trajes nuevos, que gastaba todas sus rentas en vestir con la máxima elegancia.
No se interesaba por sus soldados ni por el teatro, ni le gustaba salir de paseo por el campo, a menos que fuera para lucir sus trajes nuevos. Tenía un vestido distinto para cada hora del día, y de la misma manera que se dice de un rey: “Está en el Consejo”, de nuestro hombre se decía: “El Emperador está en el vestuario”.”

Cociendo fantasías aunque las agujas estén oxidadas


En la ciudad de Quito, existen varias Universidades que ofrecen la carrera de Diseño de Modas entre las opciones para los miles de jóvenes que buscan más que una carrera, una opción de vida.
Dentro de las universidades, e institutos, más reconocidos en esta rama del arte están, la UTE (Universidad Tecnológica Equinoccial) la Universidad San Francisco de Quito, y por supuesto el Instituto Metro de Diseño.

“El diseño de modas es un don” dice Dana Torres, de 22 años, estudiante de la UTE, amante de los colores, el hilo entre las agujas y las largas jornadas, discutiendo con sí misma como vestir al mundo.


Por mucho tiempo esta profesión se ha visto parcializada hacia las mujeres, pues se cree, que como el corte y confección ha sido por siglos un oficio practicado por ellas, los hombres que quieren intentar aprender y más aun abrirse campo en este tipo de cosa están fuera de foco, y por esta razón son muchas veces catalogados como homosexuales .


Según un estudio, realizado por el MIEES, Ministerio de Inclusión, Económica y Social, Ecuador es un país, donde la mayoría es machista, hombres y mujeres, pues aún conservan estereotipos equívocos, y no solo referentes al sexo, sino también a la condición, social y económica de las personas.


Así, Clara Mejía, de 21, años, estudiante de Periodismo y Arquitectura Interior, cuenta que, su sueño fue siempre estudiar diseño de modas, sin embargo, sus padres le dijeron que “esta no era una carrera formal” y que por eso no podría asegurarse un empleo y un sueldo estable.
Pero a pesar de ello, los sueños de Clara, continúan dando vueltas en su menta y afirma, que aunque por ahora no puede estudiar la carrera como tal, sí se inscribirá en curso de corte y confección, porque quiere aprender y quizá con esto poder crear para las grandes marcas del mundo algún día.

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